Ay...cuan melodiosos
y musicales
son los acordes
de sus cantos celestiales,
los que sin igual,
entona la bella Mar,
¡ Ay, cuan gratos y necesarios
resultan, los deliciosos
y a veces lejanos,
ecos, avisos y llamadas de sus sones
emitidos con tan armoniosos, delicados
y angelicales susurros...!
Que belleza, el ir y venir de
sus olas blancas
limpias y espumosas
cuando subiendo y bajando,
casi,logramos coronar, ellas y yo,
la lejana playa,
las lomas y dunas doradas de su arena ,
mientras, en sus aguas, serena
amanezco
bogo y permanezco,
bajo el vuelo de la gaviota,
el resplandeciente brillo del Sol
y la caricia de la suave y dulce brisa
sureña...
Lo es su murmullo
lánguido y cristalino
en la puesta de sol,
o su despertar
bajo la luz plateada
del luar;
lo es la furia de su bramido
cuando con dolor, lanza el quejido,
que agita su seno interno,
sus golpes
trombas
gritos
y lamentos ,
cuando es, sin piedad, agitada
y golpeada,
por los fieros elementos...
Todo esto y mucho mas, dice,
tu canto, amada mar,
que unas veces,
tiene el encanto
de la más dulce,
de todas las melodías
y otras, la potencia
y estruendo magistral,
sin igual,
de la más majestuosa
de todas las Sinfonías.
Tan sólo él , puede llenarme
de exultante alegría
o envolverme en la más dulce
y triste melancolía,
cuando, lejos de él ¡ Mi amado!
veo transcurrir los días,
errante por las tristes lejanías,
de la Tierra
que, de la Mar, me priva y destierra,
de la caricia
de su... tan dulce melodía,
aquella que yo anhelo escuchar
el resto de mi vida,
sea noche o día,
pues sólo ella,
ha sido, es y será
el único cantar
que yo lograré
recordar
y eternamente,
en anhelo permanente,
añorar
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