No se como empezar esta historia pero ahí les va. Conocí a mi esposo por Internet hace mas de seis años. Él fue mi primer novio, mi primero en todo… Se vino a vivir a Los Cabos siguiendome y dejando moribundo a su padre (a veces he sentido que se vino huyendo de una responsabilidad). Se vino a vivir a mi casa, mis padres me dieron permiso, y cuando murió su papá, mi suegra tambien se vino a vivir a esta ciudad.
Duramos dos años de novios y durante ese tiempo tuvimos problemas porque él se ponía a coquetear con personas conocidas por Internet o a ver pornografía. Mi papá le compartió la palabra de Dios, él se hizo cristiano también y se bautizó…para pedirme matrimonio. Yo tuve la idea de que lo hiciera en un cumpleaños mio. Él nunca tuvo la iniciativa. De hecho, el anillo de compromiso lo compró con un dinero que su mamá le había prestado.
Al año nos casamos y, como era de suponerse, la que más atención le ponía a los detalles de la boda fui yo. Él me ayudó con dinero para el vestido y anillos. Durante la luna de miel yo quería estar con él todos los días, pero luego decía que un día sí y otro no. Como yo nunca había estado con alguien más le seguí el rollo.
Llegamos de la luna de miel y me enfermé. Estuve como dos meses durmiendo en otro cuarto, los medicamentos me hicieron muchos estragos. Después de cinco meses de casada salí embarazada por descuido de nosotros (queríamos tener hijos después del año de casados). Durante el primer embarazo él se portó genial conmigo: me cuidaba y trabajaba para mantenernos, puesto que yo me había quedado sin trabajo.
Nació la niña y todo iba muy bien hasta que mi esposo perdió su empleo y cuando mi hija tenia 6 meses yo empecé a trabajar. Él duró más de un año sin trabajar y tampoco lo buscaba. Como era de esperarse los problemas empezaron, nos gritábamos y yo ya no quería atenderlo porque no se me hacía justo, que no trabajara. Sexualmente, yo ya no quería estar con él y eso provocó mas conflictos entre nosotros. Consiguió un trabajo de noche y yo me sentía a gusto porque ya no tendría que estar con él en la cama salvo los días de descanso y en ocasiones solamente.
Después de casi dos años salí embarazada en una reconciliación y, la verdad, no lo teníamos pensado. Mi salud estuvo mal porque se me subió la presión arterial durante el embarazo (enfermedad con la que sigo actualmente). La relación con él estaba muy mal, él no hacía mucho para ayudarme en casa, le conseguí un trabajo con un contacto y ponía de pretexto que él también trabajaba. Yo llegaba del trabajo toda estresada y aún así tenía que ver por mi hija y por sus cosas.
En febrero de este año cambió mucho su forma de ser conmigo. Si antes discutíamos, ahora lo hacíamos más, al grado de decirnos groserías. De hecho, una vez se puso muy violento que hasta rompió una puerta porque se nos quedó un shampoo olvidado en el carro de una amiga y me dijo que yo solo me preocupaba por mis cosas y que a el siempre se lo llevaba la chin… Él tenía planeado un viaje a otra ciudad para asistir a una reunión de ex alumnos de su primaria (yo no estaba de acuerdo porque se iría en las fechas en la que yo estaría recién aliviada), pero lo deje para llevar la fiesta en paz. Se empezó a preocupar por su aspecto físico y la intimidad se había acabado entre nosotros por el embarazo. Hasta que un día una amiga que hace el aseo en la casa me dijo que nada más me iba a mis citas con el doctor él se la pasaba hablando mucho por teléfono y con mucha confianza. Un día ella escuchó que le dijo a esa persona “que aunque sea un fin de semana iría a verla”. Entonces mi esposo se dio cuenta que ella lo había escuchado y le dijo que era su prima con la que hablaba.
A mi ya me dio mucha sospecha su insistencia en ese viaje. Durante el parto estuvo conmigo en el hospital, pero no se quedó a cuidarme. Se quedó con la niña en casa. Yo noté que se salía a cantar, que cuando nosotros (yo y sus hijos) estábamos en la habitación él se salía y muchos detalles que me hicieron desconfiar. Comencé a ver si la dichosa reunión era cierta o si era pretexto para verse con alguien. Contacté a algunos de sus amigos de la primaria y no veía nada en sus páginas sociales sobre la reunión, así que le dije a mi cuñada que me investigara bien qué onda, ya que ella los conoce y también me dijera que estaba pasando con su “prima”. El caso es que mi cuñada le habló a mi esposo y le dijo que si que tanto se traía con “la prima” etcétera. Entonces él me habló y me dijo que por qué lo andaba investigando y yo le dije de respuesta que había hablado con un amigo que supuestamente mi esposo me había dicho que estaba confirmado para la reunión, que él no sabía nada (cosa que no era cierto porque apenas estaba investigando, solo lo hice para ver que decía mi esposo) y él me dijo que sólo era una reunión de tres personas incluida él, que los demás no lo pudieron esperar y que decidieron hacer la reunión antes de la fecha en la que el había comprado su boleto de avión. Que solo quería ver a una amiga que tenia un mes en México y que venía del extranjero después de muchos años de no venir al país y que el otro tal vez no podría estar por su trabajo.
Yo estaba destrozada por su mentira, el se vino de su trabajo, hablamos y quedamos de que iría a Veracruz donde vive mi cuñada y no a Puebla, donde tenía pensado ir. Hablamos de muchas cosas, pero yo aún estaba intranquila. No creí en su versión porque ya había leído unas cosas en su celular de esta “tipa” a la que le hablaba.
Al siguiente día dejó su celular y el se fue a jugar fut. Entré y leí de nuevo una nota de un mail que ella le había enviado (ya lo había leído anteriormente, pero no le había dado importancia) y al comprenderlo, exploté en llanto porque el mail hablaba de una historia de unos niños que se habían enamorado en la niñez y que ella había sufrido y que tenía miedo de volverse a enamorar, que el le decía que la amaba y que ella también estaba sintiendo lo mismo, que ya deseaba verlo, que deseaba su cuerpo, y que el destino los volvería a re encontrar. Yo luego capté que era la supuesta amiga que venía del extranjero, porque esa historia coincidía con su pasado, de que fueron juntos a la primaria y demás.
Mi papá me vio llorando y me preguntó qué estaba pasando. Le enseñé el celular de mi esposo y me dijo que me calmara, que hablará con él. Total, que mi papá me dejó sola y le marqué al celular de la fulana. No me contestó las llamadas y al fin de mucha insistencia esperé a dejarle un recado en su buzón y al escuchar el mensaje me dí cuenta que era otra mujer, no la que él me había dicho. O sea, primero según era su prima, después que no, que era una amiga muy cercana a el y al final era otra persona. Entré a su pagina social y busqué el nombre de “Ella” en la lista de sus amigos y me dí cuenta que se trataba de una ex novia que tuvo en la primaria ya que tenía una foto de una figura de vidrio que el conservaba y que la teníamos en casa (ella se la había dado como regalo en la primaria) y mi esposo le había tomado una foto y etiquetado en su pagina.
Yo quedé destrozada por tanta mentira y le tuve que hablar al celular de mi hermano y le dije que teníamos que hablar de “Ella”, que ya quería saber toda la verdad. Cuando él llega yo estaba histérica, llorando y haciéndome mil preguntas. Para eso mi suegra le había hablado a la mamá de esta tipa y le dijo lo que su hija andaba haciendo, que le pusiera un alto. Llegó mi esposo y le dije que me dijera toda la verdad, que ya estaba harta de tanta mentira. Mi esposo y yo empezamos a platicar por mucho tiempo y lo que me dejó en claro es que él nunca le había hablado de amor, si acaso de un amor de niños, que ella era quien le tiraba el can. Aclaramos muchas cosas de nuestra relación, pero yo ya le había mandado un mensaje de texto a ella diciéndole que si que pretendía destrozando un matrimonio. Del viaje ya no hablamos.
Al día siguiente mi esposo le manda un mensaje disculpándose con ella por lo que yo le había dicho y ella le contesta que no quería problemas, que arreglara las cosas conmigo. El caso es que yo le mando otro mensaje diciéndole que si quería aclarara las cosas que le hablaría a su celular para hacerlo. De tonta le hablo y le comencé a platicar todas la mentiras que me había dicho mi esposo de su supuesto viaje, del mail que había leído de ella, que mi esposo me había dicho que era escritora y que ese mail era de un libro que estaba escribiendo (lo cual negó y dijo que ella no había sido, que tal vez me engañaba con otra pero que con ella no ¡ajá!). Hasta terminé llorando, pero al final descubrí el tipo de persona que era, ya que se mofó de mi dolor a sabiendas de que a ella también la habían engañado (su primer esposo se acostó con alguien más en su luna de miel) y ahora ella vivía con otro hombre (ella es separada con dos hijos). El caso es que mi esposo me habla (ella le mandaba pelo y santo de todo lo que yo platicaba con ella por medio de mensajes) y me pregunta que si como había quedado con él, que si estábamos bien, yo le dije que todo estaba bien con él.
En la tarde que llega mi marido, le dije que yo no estaba de acuerdo en que fuera a ese viaje aunque no la viera, porque me sentía ofendida por la manera en que ella me habló, que si quería ese tipo de amistades que mejor ahí la dejáramos. Era el cumpleaños de mi papá y traté de estar bien para no preocuparlo. Pero al ver que mi esposo estaba como niño chiquito al que le habían quitado un dulce, me molesté al verlo tirado en la cama todo furioso por lo que le empecé a sacarle su ropa y le dije que se largara con su amiga. Después de enojos y llanto hablamos y quedamos súper bien. Toda la semana estuvimos perfecto. Comenzamos a tener intimidad y ha sido como nunca, bien entregado y hasta lloramos juntos.
Pero, como dicen, la curiosidad mató al gato. Fue lo que me pasó al abrir una noche el correo de mi esposo y leer muchos mails de amor que le había mandado a ella. Le contó toda nuestra vida, todas nuestras cosas intimas, le decía que la amaba y que ya no sentía lo mismo por mi, que ya no aguantaba como lo trataba yo y mi familia, siendo el quien se portaba mal conmigo. Hasta le mandó canciones dedicadas y le hizo una presentación de power point de una canción de Fernando Delgadillo “Julieta” diciéndole que ya faltaban 22 días para verse.
En fin, todo eso me aniquiló y al estar leyendo uno a uno los mails le pegué no se cuantas cachetadas delante de mi papá porque comprobaba que me había mentido una vez más al decirme que nunca le habló de amor.
Esa noche ha sido la más infernal de toda mi vida. Estaba completamente destrozada, como un animal herido. El terminó dejándole un mensaje de voz en su celular donde le decía que era a mi a quien amaba, que todo lo que le dijo fue un error, porque yo estaba destrozada y llorando como niña ante tanto dolor y él me pregunto que quería que hiciera y yo le dije eso.
Rompió la estúpida figura que ella le había dado cuando niños porque era una condición que le había pedido a manera de olvidar el pasado. Eliminó cualquier forma de contacto con ella.
En esos correos yo leí a una persona completamente diferente, enamorada, romántica, detallista y se lo hice ver a mi esposo. Creo que eso es lo que más me hirió y sigue doliendo, que conmigo nunca ha sido así. Aunque él ha cambiado mucho, siento que le falta eso y me pregunto porque con ella si fue así, qué me falta, tal vez no esté enamorado de mi. Muchas veces me ha dicho que me ama, que nunca me cambiaría por nadie, que yo y sus hijos somos lo más importante en sus vidas.
Tanta ha sido mi obsesión que hice una cuenta falsa para ver sus fotos y ver por qué si ella ni es tan bien parecida provocó tantas cosas en mi marido después de veinte años de no estar en contacto ni verse. La verdad, no puedo olvidar ese tema.
Mi esposo ya esta harto de que por cualquier cosa yo le saque ese tema. Me dice que ya supere eso, que no le dé importancia a quien no la merece y cuando le hago notar que necesito más de él para hacerlo y cerrar ese circulo, es un tanto indiferente. Me habla en las tardes para saber de mí, estamos más tranquilos, pero él no se muestra detallista conmigo, aunque ya me dio rosas. Pero me pongo a pensar que no está lo suficiente motivado como para cantarme, para escribirme una carta de amor como lo hizo con ella y eso me duele muchísimo.
La verdad, a veces me pongo a pensar que precipité todo al casarme con él. Me siento culpable siendo yo la ofendida porque he tratado de cumplirme como esposa, amiga, amante, compañera, pero siento que nada le es suficiente, que no valora lo que hago.
Mi estado de animo está muy vulnerable: va de la tristeza al enojo. Lloro sola delante de los niños y mi hija se preocupa por mí. A veces he llegado al grado de que me enfado muy luego por las travesuras de mi niña de casi tres años y le grito y pego y me molesta que el bebé este llorando y, la verdad, tengo miedo de hacerles daño o hacérmelo yo porque ya he deseado la muerte. Me he metido mucho en el Internet para distraerme, pero la verdad muchas veces siento que no soy feliz, me he olvidado incluso de Dios. Gracias por leerme.
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