Hola, soy Bárbara, tengo 20 años. Mi historia comienza cuando tenía 16 años. Lo conocí en mi casa, era compañero de la escuela de mi hermano. Eran muy amigos, siempre se iba a quedar a nuestra casa. Era muy querido por mi familia, era respetuoso, caballero, era perfecto.
Nunca cruzamos palabras, a lo más un “Hola, ¿cómo estás?” y eso sería todo. Era muy triste cuando él se iba sin decirme nada más. Yo sabía que él me miraba de otra manera, se despedía de una manera muy dulce y yo siempre que él venía procuraba ponerme la mejor ropa, la más linda, quería verme hermosa para él… cosa que con el tiempo fue ayudando.
Un dos de mayo se quedó nuevamente en mi casa. Era tarde, era de noche. Yo me quedé jugando Play Station en el living de mi casa. De pronto, llegó el a mi lado, se sentó a observar mi juego, me puse muy nerviosa y le propuse conversar. Apagué las luces para que fuera más cómodo, comenzamos a jugar y de pronto hizo mucho frío. Le pedí que me abrazara, pero no solo me abrazó, también me besó y nunca más dejé de pensar en el. Lo amé con más fuerza desde aquella noche.
Nuestra historia de amor es única, nunca nadie me amará como él lo hizo, ni yo amaré a nadie como lo amo todavía a él… Fuimos uno siempre, él sabia de mis gustos, celebraba mis triunfos y lloraba conmigo mis fracasos. Él era perfecto, era todo para mí. Él me quería, eso no me queda duda.
Un día, por cosas de la vida, mi cuñada engañó a mi hermano y él lo sabía todo. Yo no pude perdonárselo. Es mi hermano y me dolió verlo sufrir de esa manera. Terminé con Alejandro, mi novio, sin escuchar ninguna explicación. Terminé con él todo contacto. No nos hemos visto en alrededor de dos años. Ahora sé que está con otra, la quiere mucho y ella también.
Estos días he pensado mucho en él, lo extraño, lo amo aún… nunca he dejado de pensar en él. Pero saben, es todo mi culpa. Nunca le di crédito para que me explicara, quizá él sabía y por miedo o por solo no querer entrometerse calló, pero aún así debió tener la confianza en mí y decirme lo que sucedía y no lo hizo. Tampoco nunca me buscó, nunca vino hasta mi casa, no hizo nada al igual que yo y ahora estamos distanciados. Después de todo el amor que decíamos sentir por el otro… el orgullo pudo más y nuestro amor ahora está muriendo.
Siempre lo recordaré, fue mi primer amor. Ahora con 20 años y una vida por delante solo espero que sea muy feliz.
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